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martes, 27 de octubre de 2009

COMO VOY CAMBIANDO



Desarrollo de niños y niñas desde los seis años en adelante


Desarrollo biológico

La infancia intermedia está entre las etapas más saludables de la vida, a pesar de la frecuencia de gripes y gargantas irritadas. Afortunadamente, las enfermedades debilitantes son raras. El crecimiento normal depende de una nutrición adecuada y a una buena salud. Un problema común que va en aumento: la obesidad infantil.

Los niños de 6 a 12 años se ven diferentes de los de menos edad. Son mucho más altos y la mayoría delgados pero fuertes, a pesar de que la tasa de obesidad se ha incrementado en las últimas décadas.

Las niñas conservan un poco más de tejido graso que los niños, una característica física que persistirá a lo largo de la madurez. Hacia el final de la etapa intermedia, generalmente entre lo 10 y 12 años de edad, las niñas comienzan su esfuerzo extraordinario de crecimiento y, de repente, están mirando a los niños de su clase con menosprecio.

Los cambios en estatura y peso no son completamente paralelos en niños y niñas. Para cuando las niñas tienen nueve años, han alcanzado a los niños en estatura, después de haberse rezagado un poco; sin embargo, con frecuencia se rezagan en peso, hasta cuando los alcanzan a los 10 años las niñas.



Desarrollo psicomotor


Edad Comportamientos seleccionados

6 Las niñas son superiores en la precisión del movimiento; los niños son superiores en actos que involucren fuerza, menos complejos. El acto de saltar es posible pueden lanzar con equilibrio apropiado.

7 Mantener el equilibrio en un pie sin mirar, llega a ser posible.
Pueden caminar en barras de equilibrio de dos pies de ancho. Pueden brincar y saltar con exactitud en cuadros pequeños. Pueden ejecutar ejercicios exactos de golosa.

8 El número de juegos en que participan, para ambos sexos, es el más amplio a esta edad.

9 Los niños pueden correr 16 pies por segundo.
Los niños pueden lanzar una pelota pequeña s 70 pies.

10 Pueden juzgar e interceptar el camino de pelotas pequeñas lanzadas desde cierta distancia.

11 Un salto amplio de cinco pies es posible para los niños; seis pulgadas menos para las niñas.

12 Es posible un salto alto de tres pies.

La preferencia para usar una mano más que la otra se llama uso de las manos. A
pesar de que el concepto parece simple, la determinación de usar una de las manos puede ser difícil de tomar, puesto que no todo el mundo prefiere una mano para cada tarea.

Tanto zurdos como diestros tienen algunas ventajas y desventajas. La gente
zurda sufre más alergias y está más propensa a dislexia y déficit de atención. Pero, asimismo, están más predispuestos a ser mejores en tareas especiales y a recuperarse más rápidamente de daño cerebral.

Ninguna de las muchas teorías ambientales, anatómicas y genéticas acerca de las causas del uso de una mano ha sido capaz de establecer el asunto. Un creciente consenso favorece las teorías anatómicas, en especial las que se refieren a la anatomía del cerebro. La hipótesis parece lógica: el cerebro regula el comportamiento motor; el uso de la mano izquierda es una característica de este comportamiento; por tanto, el cerebro regula el uso de la mano izquierda.


Desarrollo del conocimiento experiencial del mundo


El modo de pensar del niño está caracterizado por la habilidad de aplicar principios lógicos a situaciones reales. Los niños en esta etapa son más lógicos y menos egocéntricos que los de la etapa previa, o sea la etapa preoperacional de la primera infancia.
Ahora que el niño ha alcanzado la etapa de las operaciones concretas, puede aplicar principios lógicos a situaciones concretas (reales). El niño utiliza operaciones mentales internas ( pensamientos ) para resolver problemas situados en el aquí y ahora. Esto significa que puede realizar muchas tareas de un grado más alto de lo que podía en la etapa anterior. Es mejor cuando:

- Clasifica objetos agrupándolos en categorías similares.
- Agrupa ordenando artículos ( como palitos de distinto tamaño ) en series, de acuerdo con una dimensión particular.
- Trabaja con números.
- Entiende conceptos de tiempo y espacio.
- Distingue entre realidad y fantasía.
- Entiende el principio de conservación.

Sin embargo, los niños en esta etapa todavía están limitados a situaciones reales, presentes; todavía no pueden pensar en términos abstractros o hipotéticos, sobre lo que podría ser en lugar de lo que es. La capacidad para pensar en forma abstracta, que caracteriza el nivel más alto del desarrollo cognoscitivo según Piaget, no ocurre sino hasta la adolescencia.


Desarrollo lingüístico


La sabiduría popular sostiene que para la época en que entran a primer grado, todos los niños normales han aprendido un idioma. El niño pronuncia las palabras claras y puede conversar fácilmente acerca de muchas cosas. Pero todavía hay bastantes palabras que desconoce y muchas sutilezas del lenguaje que no nota. Los niños son ahora más capaces de interpretar la comunicación y de hacerse entender.

La mayoría de los niños de seis años todavía no han aprendido cómo manejar las construcciones gramaticales en las cuales una palabra se utiliza en la forma como se hizo prometer en la primera frase, aunque ellos saben lo que significa una promesa y son capaces de usar y entender la palabra correctamente en otras oraciones. Para la edad de 8 años, la mayoría de los niños pueden interpretar la primera frase en forma correcta. Ellos conocen el concepto ligado a la palabra “promesa” y saben como puede ser usada.

Durante los primeros años escolares, rara vez emplean la voz pasiva, los tiempos verbales que incluyen el auxiliar haber y las oraciones condicionales con si...entonces.

Hasta los nueve años y posiblemente después, desarrollan una creciente y compleja comprensión de la sintaxis, la forma como las palabras se organizan en frases y oraciones.

Desarrollo cognitivo

A la edad de 4-6 años, el niño piensa que su propio punto de vista es el único posible. Mientras que a la edad de 6-8 años, el niño se da cuenta de que otras personas pueden interpretar una situación de forma distinta de cómo ella ve. Los niños de 8 a 10 años tienen una conciencia recíproca, y se da cuenta de que otros tienen diferentes puntos de vista y que son conscientes de que él tiene sus propios puntos de vista. Entiende la importancia de que otros sepan que sus requerimientos no han sido ignorados u olvidados.

A la edad 10-12 años, el niño puede imaginar la perspectiva de una tercera persona, teniendo en cuenta diferentes puntos de vista. En la adolescencia, la persona se da cuenta de que la comunicación y el desempeño mutuo de papeles no siempre resuelven disputas sobre valores rivales.




JUGUETES

Son muchas las investigaciones sicológicas que revelan que los juguetes son objetos llamados a cumplir la función de mantener a los niños entretenidos y felices. Es básico, sin duda, que el juguete sirva para distraer al niño y proporcionarle muchos ratos de felicidad y alegría, pero los juguetes también son un excelente método de aprendizaje y adiestramiento. Por lo tanto, los padres deben asegurarse de no escoger juguetes que resulten muy difíciles para la edad y la capacidad del niño. El juguete demasiado complejo no logrará enseñarle mucho, si el pequeño aún no está preparado para usarlo en la forma concebida por su diseñador. Lejos de aprender con el juguete, es posible que el niño, al no acertar a usarlo, experimente una frustración innecesaria.

Los padres deben además tomar en cuenta el grado real de desarrollo físico, mental y emocional que el niño demuestre tener, para hacer así una selección más atinada y realista.

Los juguetes diseñados con una finalidad educativa específica no son los únicos que se le deben dar al niño. Por ejemplo, hay algunos que se proponen ampliar el vocabulario del niño; otros, estimulan su agilidad mental en los cálculos aritméticos; otros hacen que el niño ejercite su memoria o su habilidad manual, o aumentan sus conocimientos acerca de los animales y las plantas.

Pero al niño también le harán bien los juguetes ideados con fines menos concretos, que le ofrezcan diversas posibilidades, incitando y estimulando su imaginación y su capacidad creativa. En esta categoría entrarán muchísimos objetos que, sin ser propiamente juguete, se prestan a que el niño los utilice como tales: trozos de madera, cajas vacías de cartón, de madera o metálicas; carretes de hilo vacíos, tapas de material plástico de diferentes colores, etc.

También hay que mencionar los juguetes que el niño pueda usar colectivamente en unión de sus amiguitos y compañeros. Estos desarrollan en el niño el sentido de la sociabilidad y el espíritu de cooperación.

También hay que señalar que al seleccionar los juguetes que se le dan al niño, los padres deben tener en mente los posibles peligros físicos que puedan derivarse del empleo de los mismos. Es conveniente que se tomen un poco de tiempo para examinarlo, comprobando que es físicamente seguro y tomar en cuenta que, en algunos casos, el posible peligro no radica en el juguete mismo, sino en el hecho de que quizá el niño todavía no tiene la suficiente coordinación visual, muscular y manual para jugar con él sin lesionarse.

La edad cronológica no es el único factor que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar los juguetes, pero sí constituye una pauta bastante útil para escogerlos más adecuadamente. Hay que tomar en cuenta también las preferencias e inclinaciones espontáneas del niño, su habilidad y su grado de desarrollo mental, emocional y físico.

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